La mejor gastronomía invernal de España.

La mejor gastronomía invernal de España.

Muchas comidas tradicionales de España ayudan a hacer más llevadero el invierno gracias a su aporte calórico y nutricional. Por fortuna cuenta con una propuesta muy amplia en cuanto a gastronomía invernal la cual ayuda a favorecer la entonación del cuerpo cuando el termómetro marca bajo cero.

La mayoría son recetas que han pasado de generación en generación y que nunca dejarán de estar de moda porque forman parte del día a día de muchas familias. Y que aún siguen triunfando en los mejores bares y restaurantes de toda la geografía Española.

Hemos seleccionado diez de los mejores platos de cuchara para esta época invernal.

1. Alubias

Almejas, bacalao, perdiz, setas, chorizo, verdura… Las alubias encajan casi con cualquier ingrediente que se les  quiera añadir, son económicas, fáciles de preparar y hay múltiples variedades que se adaptan al gusto del consumidor más exigente.

Desde las Alubias de Tolosa a las de La Bañeza, pasando por los famosos Judiones de La Granja, una ración bien caliente entona nuestra anatomía cuando la temperatura desciende y el cuerpo necesita calorías. Algunos de los guisos españoles más tradicionales se preparan con alubias, como ‘moros y cristianos’, con arroz; arròs amb fesols i naps, también con arroz y nabos, en la zona de Valencia, o seques amb botifarra, con butifarra, en Cataluña.

2. Atascaburras

Suele degustarse cuando caen las primeras nevadas y hay quien dice que para que salga bien es necesario añadir un poco de nieve derretida en su cocción.

3. Callos a la madrileña

La casquería está cada vez más de moda y, con ello, guisos como los callos a la madrileña. Se compone de trozos de estómago de vaca que se cocinan a fuego lento en cazuela de barro, y a los que se les añade chorizo, morcilla, salsa de tomate y especias, en un caldo de carne con pimentón que les proporciona su característico color rojizo. Los callos son fáciles de encontrar en bares y restaurantes españoles más allá de Madrid: sin morcilla en el sur, con morcilla de la tierra en Asturias, y acompañados de garbanzos en otros lugares como Cataluña.

4. Cocido

Uno de los platos más típicos en España durante el invierno, que se prepara en casi todas las regiones variando el nombre y algunos ingredientes, por lo general, garbanzos, ternera, pollo, cerdo, morcilla, chorizo y verduras como patata y zanahoria, a los que precede una sopa de fideos y, en ocasiones, otra de pan. En Madrid se sirve en tres vuelcos: sopa, garbanzos y verduras y, finalmente, carne. En la provincia de León es popular el denominado maragato, que se consume al revés, es decir, primero las carnes, después, las verduras y, por último, la sopa. En Cantabria destaca el cocido montañés, elaborado con alubias, berza y cerdo.

5. Escudella catalana

Apetitosa y bastante fácil de preparar, la escudella es una comida tradicional de España, concretamente de Cataluña, que se consume en invierno. En un caldo elaborado con verduras, carnes y otros ingredientes, como butifarra, patata o garbanzos, se cuece una especie de gran albóndiga pilota, que se repartirá posteriormente entre todos los comensales.

En la versión navideña se añade, además, un tipo de pasta denominada galets, con forma de enorme caracol. Suele decirse que la pilota son los cuatro evangelistas (ternera, pollo, cerdo y cordero) y, el resto, los siete sacramentos: alubias o garbanzos, zanahoria, patata, apio, col verde, nabo y chirivía.

6. Lentejas

De pequeños, las odiamos y, de mayores, no podemos vivir sin las de nuestras madres o abuelas. Ya sean estofadas, con chorizo, costillas o arroz, a la jardinera o a la riojana… pocos platos típicos de España admiten una variedad de recetas tan amplia como estas leguminosas de forma redonda. Su alto valor nutritivo, con abundante presencia de hierro e hidratos de carbono, las convierte en fundamentales para equilibrar la dieta de niños y adultos.  

7. Marmitako

Uno de los pucheros más apreciados de la cordillera cantábrica tiene al atún o bonito del norte como protagonista principal. Éste se cocina acompañado de patatas, cebolla, pimientos y tomates, a menudo, en cazuela de barro, y tiene su origen en las marmitas (u ollas de metal), uno de los pocos utensilios de cocina que los marineros llevaban en sus barcos cuando pasaban largas temporadas faenando en el mar.

Entonces cualquier pieza recién capturada, de la variedad que fuera, servía para su preparación, pero, actualmente, ya sólo se elabora con este exquisito pescado azul.

8. Patatas a la riojana

Patatas, chorizo y pimentón. Nunca tres ingredientes tan sencillos dieron para tanto. En el siglo XIX, en la zona de La Rioja, este tubérculo se utilizaba para alimentar a los jornaleros que trabajaban en el campo, y un buen día alguien decidió añadirle el chorizo previamente cocinado que se conservaba en las orzas o vasijas de barro.

En la actualidad es uno de los platos más típicos de España y es fácil encontrarlo en las cartas y menús diarios de muchos restaurantes de la geografía española, a menudo, con pequeñas variaciones que incluyen carne de ternera o costillas de cerdo.

9. Pote asturiano

Aunque hay quien lo confunde con la famosa y suculenta fabada, una de los comidas más tradicionales de España, el pote asturiano, que también nace en el Principado, incluye verdura, además de fabes y diferentes partes del cerdo, como rabo u oreja. Se cocina a fuego lento durante 7 u 8 horas y, en época de matanza, solían utilizarse las chimeneas de los hogares norteños para su preparación. Morcilla, chorizo, patatas y berzas, además de las sabias manos y paciencia de los más antiguos de cada casa, lo convierten en perfecto para el invierno más frío.

10. Sopas de ajo

Uno de los bocados más contundentes de la gastronomía de nuestro país se tomaba antiguamente en forma de desayuno, acompañado de una taza de café y un par de huevos que se cocían con el calor de la propia sopa. Actualmente sigue siendo muy popular en el menú semanal de cualquier vivienda, aprovechando las sobras del pan que se ha puesto duro, a las que se añaden ajos, pimentón y caldo de carne. Dependiendo de la zona geográfica, puede haber variaciones: setas, en Soria; bacalao, en el País Vasco, o tomate y pimiento, en La Rioja.

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