Así nacieron los lotes de Navidad y de esta manera han llegado hasta hoy

Así nacieron los lotes de Navidad y de esta manera han llegado hasta hoy

Si algo consigue la Navidad es reunirnos alrededor de la familia… y de la comida. Las cestas y los lotes navideños congregan todas esas delicias que nos gusta ver y compartir en nuestras mesas pero, ¿de dónde viene esta tradición y cómo ha cambiado a lo largo de los años?

Elena Bravo, de la casi centenaria Mantequerías Bravo, explica que “su origen se remonta a tiempos romanos, pero el boom en nuestro país se produjo en la segunda mitad del siglo XX”. Se considera que la tradición de hacer un obsequio a los trabajadores por esta época del año ya tenía lugar en la antigua Roma por la tradición entre los patronos y sus ‘clientes’ (trabajadores libres a cambio de manutención y protección) conocida como sportula.

Lotes de Navidad

A la tradición romana se sumó el deseo de compartir y de obsequiar a los trabajadores

Durante lo que hoy es nuestro mes de diciembre acontecían las Saturnales, una de las grandes fiestas romanas por las que se hacía un sacrificio en el templo de Saturno seguido de un banquete público durante el que también se intercambiaban regalos. La fiesta se llegó a alargar hasta 7 días de forma no oficial en los que, como en el Carnaval, las reglas sociales se relajaban y reinaba el jolgorio. Era precisamente en este marco festivo cuando los patronos regalaban a sus clientes una cesta con comida durante la ceremonia llamada como salutatio matutina: de buena mañana, los clientes acudían a presentarse ante el patrón y él les regalaba unas cestas donde abundaban los higos y el laurel así como otros alimentos.

Según el historiador Rafael Sánchez Domingo, de la Universidad de Burgos, el aguinaldo es común en distintas culturas ya que “obedece a la creencia de que los mejores augurios para el año que empieza se atraen con generosos regalos”. De hecho, Sánchez Domingo comenta que la palabra latina para este tipo de regalos es strena, de donde deriva nuestro verbo ‘estrenar’, “en el que subyace la idea no sólo de principio, sino de buen principio de algo y es la que acompañó siempre a los aguinaldos de Año Nuevo: la idea de empezar, de estrenar bien el año”.

Desde Eurolotes llevan 55 años confeccionando cestas y lotes de Navidad. Su administradora, María Ángeles Guisado, explica que esta costumbre en nuestro país nace de la necesidad: “Antiguamente, la mayoría de las personas no tenían el dinero suficiente para comprar algunos alimentos que ahora son típicos y comunes de la Navidad, como los turrones o el cava, así que los jefes regalaban ese detalle para que las familias pudieran celebrar”. A aquella tradición romana se le sumó el deseo de compartir y, también, de obsequiar a los trabajadores con una intención: la de premiar los esfuerzos de todo el año y mejorar su satisfacción en la empresa.

¿Qué es lo que más se regala hoy? En cifras de Eurolotes, lo más vendido son los lotes. “Las empresas prefieren invertir el dinero en el producto y no en el recipiente, y la cesta siempre es más cara”. Sin embargo, siguen teniendo salida las cajas y estuches de madera, más elegantes, aunque les ganan la partida las cajas de cartón o kraft de autocierre.

Cambio de tendencia

Las cestas que más triunfan ahora llevan embutido y productos de mayor calidad

En cuanto a su contenido, “las que más triunfan son las que llevan embutido. Esta es una tendencia que ha cambiado con los años, ya que hace dos décadas vendían mucho más las que llevaban turrón”. Para Mantequeríeas Bravo, los superventas “combinan un poco de todo: vino, espumosos, conservas e ibéricos, y otros productos para acompañarlos, en una gama de precios a gusto del cliente”. En su caso, también han observado la tendencia de reducir el número de dulces navideños. “Siempre se incluye alguno, pero lo que no falta en casi ningún lote o cesta es un panettone premium: sigue siendo novedoso y hay infinitas opciones entre las que escoger”. Señala, además, que en la última década ha habido un aumento de peticiones para incluir un buen aceite de oliva virgen extra entre los productos escogidos.

Guisado destaca que en estas últimas dos décadas también ha habido un cambio de criterio. “Si antes se prefería una gran diversidad de productos, a veces tantos como 50, ahora se elige por un número inferior, pero de más calidad. Se prefiere regalar productos que no puedan encontrarse en el supermercado y que tengan un corte gourmet, sean embutidos enteros o en sobre y vinos y cavas de calidad alta”. La administradora de Eurolotes detalla que ya existen preferencias en cuanto a los embutidos: “La gente más mayor prefiere el embutido entero, sea una caña de lomo o una paletilla, y la más joven quiere que ya esté cortado y ensobrado”.

Las cestas en los sectores también tienen sus variaciones. “En el sector de la construcción se apostaba por el volumen, por una cesta o lote con una amplia cantidad de productos, mientras que en el sector de la informática o la farmacia se ha preferido por una selección de productos de calidad más alta. Los sectores afectados por la crisis lo hacen cada vez menos, como el de la construcción, aunque otros como el de los laboratorios farmacéuticos y la informática han subido muchísimo”.

En el caso de Mantequerías Bravo, las ventas de lotes y cestas de Navidad no han descendido gracias a un nuevo fenómeno: “Ha aumentado la demanda de clientes particulares que quieren regalar cestas gourmet a sus compromisos o familiares”, comenta Bravo.

Fuente:  La Vanguardia

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