La Feria de los Avales

La Feria de los Avales

Las numerosas reformas políticas, adoptadas para el fortalecimiento de los partidos,  no han logrado frenar las irregularidades y las polémicas en el otorgamiento de avales de candidatos a cargos de elección popular.  Por el contrario, la falta de regulación ha intensificado las polémicas regionales en todos los partidos.

Las crisis internas desatadas en el país demuestran la gravedad de lo que está pasando. Los avales a candidatos de dudosa reputación, con antecedentes  o con reconocidos nexos han desatado polémicas en varias regiones del país. El desconocimiento de las normas internas de los partidos, la compra venta de avales y el abierto trasfuguismo están en el orden del día a pocos días de cerrarse el plazo para la inscripción de candidatos a gobernaciones, alcaldías, concejos, asambleas y juntas administradoras locales.

Las reformas de 2003, 2004 y 2009, así como la Ley Estatutaria señalaron pautas importantes sobre financiación de campañas, proscribieron la doble militancia, habilitaron las coaliciones interpartidista y fijaron derroteros sobre modernización y moralización. Además, determinaron que los partidos y movimientos políticos deben ajustarse en su organización y funcionamiento  interno a los principios de transparencia, objetividad, moralidad y equidad de género. Pero igualmente obliga los registros de sus afiliados, la publicación de sus programas y definió mecanismos para la democratización interna. Pero muy poco se ha logrado.

La fragmentación de los partidos, el clientelismo y las viejas prácticas politiqueras han impedido que estas reformas puedan prosperar. Las consultas internas de los partidos, destinada a escoger a los mejores aspirantes, se quedaron en el tintero.

Ante este panorama, los partidos, piezas esenciales para la vida democrática, soportan un grave desprestigio y se han ganado la desconfianza de sus militantes. El irrespeto de las reglas de juego ha contribuido a generar desencanto y desincentiva la participación política.

Lo que debería ser un ejercicio de democracia interna para escoger a los mejores candidatos se ha convertido en excusas para judicializar los mecanismos de participación democrática. Sin  duda, el espectáculo de las tutelas, las demandas y contrademandas, las renuncias de directorios y la feria de avales, solo debilitan el sistema de partidos y afectan el fortalecimiento del régimen democrático.

“Las crisis internas desatadas en el país demuestran la gravedad de lo que está pasando”.

Fuente. lanación.com

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