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España acelera la adopción de la Inteligencia Artificial en las pymes, impulso económico y desafíos pendientes 

En un contexto de transformación tecnológica global, España da un paso decisivo para posicionarse como referente europeo en la aplicación de Inteligencia Artificial (IA) en su tejido empresarial. Las pequeñas y medianas empresas (pymes), que representan más del 99% del tejido empresarial español, están en el centro de esta revolución. ¿Qué impacto tiene esta tendencia? ¿Qué retos y oportunidades plantea? 

En mayo de 2025, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital anunció la ampliación del programa “Kit Digital” con una nueva línea de ayudas específicamente orientada a la adopción de tecnologías de IA. La inversión prevista para este nuevo tramo supera los 300 millones de euros y busca que más de 50.000 pymes accedan a soluciones de automatización, análisis predictivo y asistentes virtuales. 

Hasta hace poco, la adopción de IA estaba reservada a grandes empresas con recursos técnicos y financieros. La democratización de estas herramientas supone un salto cualitativo para el tejido productivo español, permitiendo optimizar procesos, mejorar la atención al cliente y tomar decisiones basadas en datos. En sectores como la logística, el comercio minorista o el turismo, la IA ya empieza a marcar diferencias competitivas. 

Diversas asociaciones empresariales, como CEPYME y ATA, han valorado positivamente la iniciativa. No obstante, advierten de la necesidad de acompañar estas inversiones con formación específica para empresarios y empleados, así como garantizar la ciberseguridad en los nuevos entornos digitales. 

En Albacete, la empresa familiar LogiPack Express, dedicada al embalaje y distribución, ha reducido un 35% los tiempos de preparación de pedidos gracias a la implementación de un sistema de IA que optimiza rutas y gestiona inventarios en tiempo real. “La inversión fue modesta y el retorno, muy rápido”, señala su gerente. 

El acceso a talento especializado, la brecha digital en zonas rurales y la escasa cultura de innovación siguen siendo barreras significativas. Además, la regulación europea sobre IA, que entrará en vigor en 2026, obliga a las empresas a incorporar criterios éticos y de transparencia en el uso de algoritmos, lo que podría suponer un reto añadido. 

Con el impulso del Gobierno y el respaldo de fondos europeos, España está trazando un camino claro hacia un modelo productivo más digital y competitivo. La clave estará en equilibrar tecnología, talento y ética. Las pymes tienen hoy la oportunidad y la responsabilidad de liderar este cambio. 

En el nuevo tablero empresarial, la inteligencia artificial no es una opción, sino una necesidad. España ha comenzado a mover ficha, y el momento de actuar es ahora. 

 

 

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