En un mundo empresarial donde la supervivencia se mide en ciclos rápidos y las empresas nacen, crecen y desaparecen con rapidez, unas pocas afortunadas han logrado mantenerse en pie durante más de un siglo. En España, algunas de estas compañías centenarias han desafiado las leyes del mercado, adaptándose a los cambios, innovando constantemente y, sobre todo, evitando los errores que suelen acabar con los negocios más jóvenes. Su éxito no se debe a una fórmula mágica, sino a una combinación de visión, prudencia financiera, y, en muchos casos, el legado de familias que han apostado por la permanencia.
Desde la primera botella de Estrella Galicia en 1906 hasta las galletas Gullón que muchos recuerdan en su niñez, las empresas españolas con más de 100 años son testigos de la historia del país. Su longevidad es un milagro del mundo corporativo, pues en un mercado que, según la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), tiene una vida media de apenas 8,43 años, estas empresas se han mantenido firmes ante guerras, crisis económicas y sociales, y una feroz competencia.
Adaptación y Resiliencia: Claves para la Longevidad
El secreto del éxito de estas empresas radica principalmente en su capacidad para adaptarse al cambio. Según Charo Baqué, consejera delegada de Café Dromedario, «el que sabe adaptarse es el que perdura». Café Dromedario, con más de 150 años de historia, ha logrado mantenerse relevante al evolucionar con los tiempos, manteniendo su esencia, pero adoptando nuevas tecnologías y estrategias de negocio que le han permitido seguir siendo competitiva.
Este principio de adaptabilidad es compartido por muchas de las empresas más longevas del país. Roberto Arcos, codirector de Arcos, una cuchillería que lleva más de 130 años en el mercado, señala que «todos los problemas que enfrentan las empresas, independientemente de su edad, son similares». Sin embargo, la experiencia de haber vivido más de un siglo les permite tomar decisiones informadas basadas en los aprendizajes de generaciones pasadas.
El Arte de la Prudencia Financiera
Otro factor esencial en la longevidad de estas empresas es la prudencia financiera. Las compañías centenarias son conocidas por evitar el excesivo endeudamiento, un error común en muchas startups que se ven arrastradas por la tentación de crecer rápidamente. Según Oriol Amat, catedrático de la UPF Barcelona School of Management, las empresas longevas suelen repartir pocos dividendos, se autofinancian en gran medida y mantienen una deuda controlada.
De hecho, muchas de estas empresas tienen una cultura empresarial basada en la estabilidad financiera. Francisco Torrent, consejero delegado de Aceitunas Torrent, fundada en 1898, explica que «la prudencia en la gestión financiera es una de las claves para nuestra permanencia». Empresas como Estrella Galicia y La Mallorquina también comparten este enfoque conservador, lo que les ha permitido resistir con éxito las crisis económicas, incluida la reciente pandemia, sin tener que recurrir a medidas drásticas que amenazaran su estabilidad.
La Importancia del Legado Familiar
Un aspecto fundamental para entender la longevidad de estas empresas es su carácter familiar. De las once compañías centenarias consultadas para este artículo, nueve son empresas familiares. Esta característica les da una ventaja única: la preservación del legado y la visión a largo plazo. Como explica Cristina Cruz, directora del IE Center for Families in Business, «preservar el legado y transmitir la empresa a la siguiente generación es un objetivo en sí mismo, lo que les da una mirada mucho más a largo plazo».
Las empresas familiares suelen estar guiadas por valores que priorizan la sostenibilidad a largo plazo sobre los beneficios inmediatos. «Nuestra responsabilidad es dejar el legado que nos han dejado las generaciones anteriores e incrementarlo para las siguientes», asegura Baqué, consejera delegada de Café Dromedario.
Innovación: Un Motor Vital
Lejos de ser empresas conservadoras, muchas de estas compañías también han sido pioneras en innovación. El director general de Metalúrgica Folch, una empresa que fabrica alfileres desde hace más de 100 años, afirma: «No estaríamos aquí si no estuviéramos innovando y creando cosas». Y lo mismo ocurre en Aznar Textil, que desde hace décadas apuesta por la sostenibilidad y el reciclaje, mucho antes de que estos conceptos se pusieran de moda en el mundo empresarial.
La innovación, entonces, no es incompatible con el legado. La relación entre ambas es clave para la longevidad. Como subraya la catedrática Elena San Román, «la relación de las empresas de largo recorrido con la innovación es crucial para su longevidad». Las empresas centenarias no solo miran al pasado, sino que están orientadas hacia el futuro, buscando nuevas oportunidades y formas de mantenerse relevantes en un mercado que no deja de cambiar.
Desafíos y Oportunidades para la Sucesión
Uno de los mayores retos para las empresas familiares centenarias es la sucesión. La transmisión de la propiedad y el liderazgo de una generación a la siguiente es un proceso delicado que puede poner en peligro la estabilidad de la empresa si no se maneja correctamente. «Una buena planificación intergeneracional y la capacidad de transmitir los valores familiares son claves para la continuidad», explica Patricia García, directora del Máster en Dirección Financiera de ESIC.
Aunque el proceso sucesorio puede ser conflictivo, muchas empresas centenarias han logrado mantener su éxito gracias a la claridad en la planificación y la incorporación de talento externo cuando ha sido necesario. En Mahou San Miguel, por ejemplo, la séptima generación de la familia sigue gestionando la empresa, pero también han sabido incorporar talento externo para asegurar el futuro de la compañía.
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