Durante años, el storytelling —contar historias que conectan emocionalmente con el público— fue la base de la comunicación de marca. Sin embargo, las audiencias actuales demandan más que narrativas inspiradoras: quieren ver hechos, no solo palabras. En este contexto surge el storydoing, una tendencia que transforma el relato en experiencia, donde las marcas actúan lo que dicen y convierten su propósito en una vivencia compartida.
En España, cada vez más empresas adoptan esta filosofía para construir vínculos reales con sus comunidades. Ejemplos como IKEA con su campaña “#YoMeQuedoEnCasa” durante la pandemia o Estrella Damm con “Mediterráneamente” muestran cómo las marcas pueden inspirar cambios de comportamiento, fomentar valores sostenibles y conectar con las emociones desde la acción.
El storydoing no se trata solo de publicidad, sino de coherencia. Las marcas que lo aplican diseñan proyectos sociales, culturales o medioambientales que materializan sus valores. Acciona, por ejemplo, ha apostado por experiencias inmersivas que sensibilizan sobre el cambio climático, mientras que Mahou-San Miguel impulsa espacios de encuentro cultural bajo el lema “Somos de compartir”.
El valor diferencial está en que el público deja de ser un espectador para convertirse en protagonista. Las experiencias, más que los mensajes, construyen la identidad de marca y fortalecen su reputación. En tiempos de desconfianza digital, las acciones con propósito auténtico se vuelven el puente entre la emoción, la ética y la acción.
El futuro del marketing español pasa por este enfoque: menos storytelling, más storydoing. Porque contar historias puede inspirar, pero vivirlas juntos puede transformar.











































