En los últimos meses, los fenómenos meteorológicos extremos han dejado de ser excepcionales en muchas regiones de España. Lluvias torrenciales, tormentas eléctricas intensas y episodios de granizo han afectado tanto a residentes como a turistas, obligando a revisar planes, cerrar servicios y poner a prueba la infraestructura urbana y costera.
El impacto no es menor: desde playas evacuadas hasta carreteras bloqueadas y cancelaciones de vuelos. Algunas zonas del Mediterráneo han llegado a registrar más de 100 litros por metro cuadrado en pocas horas, generando inundaciones y cortes de luz en zonas habitadas.
¿Qué está pasando?
Expertos señalan que el cambio climático está intensificando los patrones atmosféricos, provocando lluvias más intensas en períodos más cortos, y afectando especialmente a regiones turísticas como Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares y Andalucía.
Además, los fenómenos extremos no solo amenazan la temporada alta, sino que generan nuevas conversaciones sobre sostenibilidad, planificación urbana y adaptación climática.
¿Qué se puede hacer?
- Estar informado en tiempo real a través de canales oficiales de meteorología.
- Planificar viajes con flexibilidad y seguros adecuados.
- Apostar por construcciones y sistemas urbanos más resilientes.
El clima ya no es solo un tema de conversación: es un factor clave en la forma en que vivimos, viajamos y nos relacionamos con el entorno.











































