La inteligencia artificial avanza a pasos agigantados, y con ella también lo hacen los riesgos. En las últimas semanas, varios expertos en finanzas han denunciado públicamente el uso de su imagen y voz en vídeos manipulados mediante inteligencia artificial, que están siendo utilizados en estafas financieras a través de redes sociales y plataformas digitales. Lo que parecía un peligro del futuro ya es una amenaza muy real: los deepfakes han llegado al mundo financiero.
Estos vídeos falsos, generados con tecnología de clonación de voz e imagen, muestran a reconocidos analistas financieros españoles recomendando inversiones en productos ficticios o participando en entrevistas que jamás existieron. El objetivo es claro: generar confianza en las víctimas para que caigan en el engaño.
El caso más reciente en nuestro país ha afectado a un conocido profesional del sector bursátil, cuya imagen fue utilizada en un supuesto programa televisivo donde recomendaba una “nueva oportunidad de inversión segura, respaldada por bancos europeos”. El vídeo, que circuló por canales de Telegram y anuncios en Facebook, llegó a engañar a decenas de personas antes de ser desmentido por el propio afectado.
“No solo falsificaron mi cara y mi voz, también simularon una entrevista con un presentador ficticio, logotipos de medios reconocidos y gráficos en pantalla. Es aterrador”, declaró el profesional en una entrevista reciente. “Es un ataque directo a mi reputación y una amenaza grave para la seguridad financiera de quienes confían en este tipo de contenidos”.
Aunque la tecnología deepfake no es nueva, su calidad ha alcanzado niveles preocupantes. Hoy en día, con apenas unos minutos de vídeo real, una inteligencia artificial es capaz de crear una réplica visual y sonora prácticamente indistinguible del original. Esto representa un riesgo no solo para los expertos suplantados, sino también para miles de pequeños ahorradores.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Policía Nacional ya han lanzado varias advertencias públicas sobre estos vídeos falsos. Sin embargo, el marco legal español aún no dispone de herramientas ágiles y específicas para perseguir con rapidez este tipo de fraudes digitales, especialmente cuando los servidores que alojan los contenidos están fuera del país.
Además, muchas víctimas no detectan fácilmente el engaño. “Yo sigo a varios expertos en redes y los he visto en entrevistas reales. Este vídeo parecía uno más. Si no me llega un aviso de la CNMV, habría picado”, comenta Fernando, un autónomo madrileño que estuvo a punto de invertir 3.000 euros en un supuesto fondo europeo.
Ante esta situación, los profesionales del sector financiero recomiendan extremar la precaución y desconfiar de los vídeos que prometen beneficios rápidos o que se difunden a través de canales no oficiales. Siempre es importante comprobar si el contenido ha sido publicado por fuentes verificadas y, en caso de duda, consultar directamente con los perfiles oficiales del experto en cuestión.
Desde el ámbito jurídico, ya se están impulsando propuestas para reformar el Código Penal y tipificar de forma más clara la suplantación de identidad con fines fraudulentos mediante tecnologías de IA. También se estudia la posibilidad de exigir a las plataformas tecnológicas sistemas de verificación más rigurosos.
La inteligencia artificial representa una oportunidad de desarrollo sin precedentes, pero su mal uso puede derivar en consecuencias devastadoras para la economía personal y la confianza social. Por eso, la prevención, la regulación y la educación digital son claves para no caer en estas trampas.
Porque en un mundo donde todo puede parecer real, contrastar la información ya no es una opción… es una necesidad.











































